jueves, 22 de octubre de 2009

El Pleno rechazó la devolución de los Presupuestos por 9 votos de diferencia

El Grupo Socialista obtuvo ayer el apoyo del PNV a los Presupuestos Generales del Estado de 2010 porque le había dicho a todo que sí: sí al blindaje del Concierto Económico vasco, sí al pago de 450 millones de euros en concepto de IVA a la Diputación de Álava y sí a informar de manera puntual y preferente a su portavoz de cualquier novedad en la transferencia de las políticas activas de empleo. Esa fue la «negociación» y, después de todo, ayer resultó que los seis votos del PNV no habrían hecho ninguna falta al Gobierno, ni tampoco los dos de Coalición Canaria. El Pleno del Congreso rechazó las cinco enmiendas de totalidad de los Presupuestos, con 177 votos frente a los 168 del resto de la Cámara, y la abstención de UPN. Gracias a las cuatro ausencias del Grupo Popular, los 169 votos del Grupo Socialista habrían sido suficientes en este primer trámite presupuestario para salvar las cuentas del presidente Zapatero.
La segunda jornada del debate de los Presupuestos resultó sorprendente. El PNV y Coalición Canaria, en el papel de salvavidas del Gobierno, apelaron a su responsabilidad para apoyar unas cuentas públicas que criticaron sin tapujos. Así, el nacionalista vasco Pedro Azpiazu no reparó en ataques a este Gobierno «de quita y pon», que no deja de improvisar. Y el canario José Luis Perestelo defendió el «sentido de Estado» de su formación política para aprobar un proyecto que es «manifiestamente mejorable».
La sesión continuó por el derrotero surrealista cuando el portavoz de UPN, Carlos Salvador, admitió que su abstención no tenía nada que ver con el contenido de los Presupuestos, sino con la contraprestación que esperan de los socialistas en Navarra: «Estamos obligados a garantizar la estabilidad de las instituciones políticas en Navarra».
La intervención del portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, elevó la moral de los suyos, tras el vapuleo que sufrió el día anterior la vicepresidenta Elena Salgado. Los diputados aplaudieron con ansia a su portavoz cada vez que atacaba a Mariano Rajoy, sin abstenerse de aludir a la situación interna del PP: «Rajoy no puede gobernar España porque no puede gobernar su propio partido». Aplausos a rabiar, tras el mal sabor de boca que les quedó el día anterior.
Superada esta primera fase, ahora se abre una segunda negociación sobre las enmiendas parciales y el dictamen de los Presupuestos de 2010 y el PNV ya ha advertido que quiere mucho más. Los socialistas se han puesto manos a la obra para ganarse otra vez su apoyo, tras cumplir con todas sus exigencia

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