reapertura de Canfranc

Que la reapertura del túnel del Canfranc dependa en gran medida de que el Pirineo aragonés albergue unos Juegos Olímpicos en 2022 es una idea que no entusiasma a la Coordinadora para la reapertura del Canfranc (Crefco).

Esta línea ferroviaria lleva cerca de cuarenta años cerrada, desde que en 1970 el Gobierno francés decidiera cerrar de forma unilateral el túnel que conecta Francia y España a través del Pirineo. Desde entonces, han sido muchos los intentos por reabrir una línea que aliviaría el tráfico de mercancías por carretera.
El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, aseguró recientemente que la celebración de unas Olimpiadas en el Pirineo sería una gran oportunidad para que las infraestructuras transfronterizas que están en lista de espera en el Ministerio de Fomento acaben siendo una realidad. Desde el Ejecutivo regional se apunta que los Juegos acabarán dando el impulso definitivo para que estas infraestructuras se ejecuten.
Falta implicación política
Sin embargo, desde Crefco no opinan lo mismo. La plataforma pide mayor implicación política en el proyecto y animan al Gobierno de Aragón a trabajar con ahínco para que los trenes puedan circular por este histórico trazado sin que sean necesarias unas Olimpiadas. Y es que vincular la transformación del ferrocarril de Canfranc en una línea de alta velocidad con la celebración de unos Juegos de Invierno es algo que desde la Coordinadora califican de «indignante».
A su juicio, lo único que está haciendo el Gobierno de Aragón es vender humo mientras las mejoras prometidas desde hace años en la línea Canfranc-Oloron se esfuman por momentos.
Desde esta Coordinadora, que lleva décadas luchando por que la reapertura del Canfranc sea una realidad en el menor tiempo posible, explican que «la vocación del Canfranc no es la de ser una línea de alta velocidad que sólo lleve viajeros durante los quince días que dudaría la supuesta Olimpiada», un proyecto que está en el aire y al que todavía le quedan muchos obstáculos por superar.

Aseguran que la verdadera razón de ser de esta línea ferroviaria es transportar mercancías de la Plataforma Logística de Zaragoza y el norte de Europa y ser una alternativa a la carretera del Pirineo dados los problemas ambientales que está generando el elevado volumen de camiones que a diario cruzan la frontera.